Psicóloga General Sanitaria. Colegiada M-19091 Tel. 699274880

martes, 23 de octubre de 2018

Cómo actuar ante los cambios de mi hijo adolescente.

Adolescencia y nuevas tecnologías

Cuando nuestros hijos llegan a la adolescencia empiezan a surgir cambios en la relación con los adultos, especialmente en la  familia, lo que nos lleva a  pensar que algo está pasando, o que algo no hemos hecho bien. Esta es una etapa importante, en la que nuestros hijos empiezan a buscar su lugar en el mundo, lo que conlleva que la familia  pase a ocupar un segundo lugar, siendo sus amigos y  sus aficiones los que toman protagonismo en sus vidas. 

El adolescente busca diferenciarse de lo que hasta ahora era su punto  de apoyo, necesita mostrar que puede tomar sus propias decisiones, aunque estas sean simplemente lo contrario de lo que le exigen en casa. Además se trata de una etapa de gran inestabilidad emocional, pudiendo pasar del enfado e ira a la euforia en un segundo y por circunstancias que podemos considerar intranscendentes.

Pero lo positivo es que también es una gran etapa para enseñar y educar a nuestros hijos, ya que los valores y conocimientos que adquieran ahora les guiarán durante toda su vida.  En esta etapa la forma de educar y relacionarnos con nuestros hijos debe ser diferente a lo que hemos estado haciendo hasta ahora,  debemos ser tolerantes en las pequeñas cosas, como en su forma de vestir o de peinarse, para exigir en las fundamentales, como respetar las normas de convivencia o con respecto al tiempo que pasa delante de los videojuegos, el uso del móvil o la televisión. Es importante mostrar interés por sus cosas, por ejemplo, preguntándole de que trata el videojuego que tanto le gusta o las peculiaridades de las distintas redes sociales.

La forma de fijar normas y límites será a través del diálogo, Nuestro objetivo será llegar a acuerdos que él mismo se comprometerá a cumplir, en el caso del uso de las tecnologías, podemos decidir con nuestro hijo cuánto tiempo puede dedicarles y buscar juntos alternativas para el resto de su tiempo de ocio.  Pero, ante todo, compartir tiempo con él y con sus aficiones, meterse en su mundo buscando siempre el diálogo y,  si es necesaria la crítica, esta será serena, desde el respeto y ante todo evitando la ironía o el sarcasmo. No debemos olvidar que se sienten adultos y que los traten de niños es lo que más rechazo les puede producir.

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